¿Por qué escuchamos por doquier hablar de la comunicación asertiva? ¿De qué se trata? ¿En qué me beneficia? ¿Es una moda pasajera o una forma de manejarse en la vida que ha llegado para quedarse?
La comunicación asertiva garantiza que uno de los procesos más importantes en el ser humano tenga lugar de forma efectiva y nos mantenga en connivencia con nuestro entorno. Nos referimos a la comunicación.
Existen decenas de formas de comunicarnos, incluso sin el uso del habla. No obstante, si lo hacemos de forma inadecuada, es posible que las personas a nuestro alrededor tomen la decisión de apartarnos de su grupo, lo cual puede suceder tanto en el grupo social como en lo laboral.
En otras palabras, al aplicar la comunicación asertiva, estamos fortaleciendo el puente comunicacional que nos permite relacionarnos de manera sana con nuestros amigos, en nuestras relaciones familiares y en el trabajo.
Por lo tanto, la asertividad dista mucho de ser una tendencia pasajera, sino que cada día se consolida más como una virtud indispensable para vivir en sociedad.
¿Qué es la asertividad?
¿Te ha pasado alguna vez de recibir un reclamo por parte de alguien que te diste perfectamente cuenta de que tenía razón, pero que te fastidió de sobremanera la forma en la que te planteó su necesidad de resolverlo?
Lo que ocurrió es que esa persona reclamó lo que justamente le pertenecía o lo que pensaba, pero erró el camino y se ganó tu antipatía.
¿Has considerado que tal vez estés incurriendo en ese mismo error por no conocer las claves de la asertividad? Descúbrelas para evitar transitar por ese camino.
Claves para comunicarnos de forma asertiva
- Evaluarnos – ¿En dónde estamos parados?: antes de plantearnos cualquier mejora, necesitamos identificar en dónde nos encontramos situados. Preguntémonos ¿qué es lo que nos está trancando la asertividad. ¿Es nuestro tono de voz? ¿Nuestro lenguaje? Tal vez tengamos una actitud demasiado pasiva. Como punto de partida, tomemos en cuenta que ni la agresividad ni la pasividad nos llevarán por el sendero de la asertividad, puesto que se trata de hacer valer nuestros derechos, pero de una forma en la cual no nos llevemos puestos los de los demás.
- Escucha activa: intentar establecer un mensaje sin antes habernos tomado el tiempo de escuchar a la otra persona, no despierta la empatía del otro para con nuestra persona. Y hay algo más aún: nos referimos a la escucha activa. Es decir, no basta con esperar tu turno para hablar, sino de hacerlo mirando a nuestro interlocutor a los ojos y escuchar de verdad mientras nos comunica su propio mensaje. De esta forma, cuando nos llegue el turno de hablar, tal vez tengamos que cambiar el discurso que teníamos pensado por uno que haga sentido con lo que nos acaban de decir. Para una comunicación fluida, debemos estar dispuestos a renunciar a esas palabras que teníamos acumuladas en nuestra garganta, haciendo ebullición para salir, por algo que se adecúe al constante cambio por el que toda comunicación verbal que se precie de no ser un monólogo atraviesa.
- Expone la situación desde tu punto de vista: existen muchas formas de ver las cosas. Por ende, nada es absoluto. Lo que para ti es una verdad inminente, puede ser derribado en un instante si la otra persona te presenta argumentos válidos para que eso ocurra. Por lo tanto, nunca te presentes ante el otro con una verdad absoluta, sino con la humildad de un punto de vista que es pasible de ser aniquilado si aparece un argumento suficientemente fuerte y lógico para hacerlo.
- Erradicar palabras y actitudes insultantes: la agresividad es la enemiga número uno de la asertividad. Para lograr los resultados que esperas y conservar el respeto del otro al mismo tiempo, necesitarás eliminar de tu discurso las palabras que implican insultos, las actitudes altaneras y los gritos.
- Aceptar las críticas: mostrarse a la defensiva y responder con un ataque cuando nos critican es una actitud primitiva e intrínseca respuesta del ser humano. Sin embargo, en este caso la naturaleza no nos juega a favor, así que debemos tomar las riendas para controlarla. Aceptemos con humildad cuando nos hemos equivocado y extraigamos el aprendizaje para seguir mejorando.
Cada día se valoran más las habilidades de una buena comunicación, entre las cuales la asertividad es la reina. El trabajo en equipo se perfila como la nueva forma de integrar una empresa. A esto se le suma que dar órdenes a nuestros hijos ha quedado obsoleto y que la escasez de tiempo libre hace que cada vez más las personas elijan con quién quieren pasar sus preciados minutos de ocio. Por lo tanto, para ganar terreno en la vida, la asertividad es imprescindible.