Uno de los temas que preocupan en la actualidad es la fugaz duración que tienen las parejas. ¿Qué es lo que está ocurriendo que las parejas parecen no tolerarse más allá de algunas discusiones y desacuerdos? Durante mucho tiempo la mujer no tenía independencia económica, recién pudo conseguirla a partir de la segunda mitad del siglo XX y finalmente consolidarla en el siglo XXI, aunque aún queda camino en ese sentido.
No obstante, esto no nos da respuesta sobre porqué tantas parejas comienzan a fallar después de haber decidido dar comienzo a una relación con toda la esperanza del mundo y muchas personas se acercan a nuestro gabinete de psicólogos en Barcelona con este tipo de dudas. ¿Por qué no consigo que mis parejas me duren?
Una teoría es la que nos dice que las parejas se separan por las mismas razones que se juntan ¿Es posible que lo mismo que nos une nos termine separando? En las siguientes líneas daremos respuestas al respecto.
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La teoría del espejo
En 1901 nace en París Jacques Lacan, quien se convertiría en un afamado médico psiquiatra y psicoanalista. De acuerdo a su teoría acerca de la construcción de la personalidad, los seres humanos formamos nuestro yo a través del hecho de encontrarnos a nosotros mismos en los otros.
De esta manera, uno de los mecanismos que nos llevan a conectarnos con alguien desde la perspectiva romántica es el percibir al otro como a nuestro igual, y eso nos encanta.
Sin embargo, también puede traducirse esto en que nuestra pareja comparta nuestros defectos y, al final, acabe mostrándonos la peor cara de nosotros mismos, que puede generar un sentimiento muy parecido al rechazo, si no tenemos resuelta esas mismas cuestiones en la relación con uno mismo. Entonces encontrar que el otro es igual que nosotros puede ser un problema de cara a hacer que una relación dure.
Las heridas que unen
Resulta muy habitual que dos personas se encuentren y descubran que tienen mucho más en común que sus gustos musicales y la preferencia por un tipo de literatura: haber pasado por situaciones similares y tener las mismas heridas.
Pongamos un ejemplo en concreto: Juan, se separó hace ocho meses de quien creía la mujer de su vida, con quien se iba a casar, conoce a María, divorciada hace dos meses. ¿Las razones de ambas separaciones? A ambos les fueron sufrieron la infidelidad de sus respectivas parejas.
Esta coincidencia hace saltar una alarma interior en Juan y en María que es casi tan poderosa como la tormenta de hormonas que los hizo acercarse en primera instancia.
De inmediato se detona un mecanismo interno que hace que Juan y María sientan la necesidad de proteger y contener al otro. Se despierta en ellos el instinto de querer “sanar” al otro. Sin embargo esta es una respuesta, muchas veces no es consciente, que responde a la imperiosa necesidad de sanarse a uno mismo.
Es de este modo que Juan y María comienzan una relación con heridas iguales en su historial sentimental: inseguridad, celos, necesidad de posesión y tendencia a controlar. Cada uno, a nivel profundo, está plenamente seguro de que sanará al otro y que el otro lo sanará. Por ende, dejan de prestarle atención a su propia sanación y se centran en su pareja.
No obstante, la falla es inminente. Nadie que no seas tú mismo puede sanar las heridas que están grabadas a fuego en tu memoria. Y la mejor ayuda que puedes tener no es la de alguien tan herido como tú, sino tu propia voluntad de sanar, tu trabajo personal al respecto. Pues el final de esta historia, como te imaginas, es que el final de la relación de Juan y de María llegó por la misma razón por la que comenzó: las heridas que no sanan y se proyectan en la nueva pareja.
Conclusiones
¿Nos separamos por las mismas razones por las que nos unimos? En muchos casos sí, efectivamente así es. Cuando hay asuntos, ya sean heridas o defectos nuestros con los que no podemos lidiar, que están sin resolver, iniciar una relación amorosa basada en nuestras heridas puede convertirse en una bomba de tiempo.
La solución para no repetir el error de manera compulsiva, reflexionar acerca de nuestra responsabilidad en las rupturas, ver cómo podemos crecer y avanzar para ir desde un lugar sano a la relación. Para ello tal vez necesitas iniciar un trabajo personal en el que puedas tomar darte cuenta de tu forma de amar y relacionarte contigo mismo y con los otros y poner en práctica una nueva manera de amar. Si lo necesitas puedes contar con el apoyo y la experiencia de nuestro equipo de psicólogos en Barcelona. Y mirar al futuro con mirada nueva para ti y para tu pareja (actual o futura).